500 gr. de anchoa, a poder ser del Cantábrico
vinagre
agua
sal gorda
aceite
perejil
2 dientes de ajo
Limpiamos las anchoas quitando la espina del centro, las ponemos en agua fria un par de horas para quitar la sangre. Las congelamos de una en una para quitar el anisakis, toda la noche. Las descongelamos y las ponemos en una fuente, cubrimos de vinagre, si no nos gustan fuertes, les añadimos medio vaso de agua. Ponemos sal gorda y las dejamos y las dejamos mínimo 12 horas. Las escurrimos y las emplatamos, ponemos los ajos muy picados, el perejil y las rociamos con un chorro de buen aceite. Un aperitivo delicioso.